En Fundación Ser Yo nuestros Principios nos ofrecen una gran ayuda para emprender el camino de la sanación. Las "Doce Tradiciones" nos acompañan en esta aventura...
- El bienestar del grupo es nuestra prioridad. La recuperación personal depende de la unidad en Fundación Ser Yo.
- Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Poder Superior de amor según lo conciba nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza; ellos no gobiernan.
- El único requisito para ser miembro de Fundación Ser Yo es desear tener relaciones sanas y basadas en el amor.
- Cada uno de los grupos debe ser autónomo, excepto en aquellos asuntos que se relacionen con otros grupos o con Fundación Ser Yo como un Todo.
- Cada uno de los grupos tiene un único objetivo primordial: transmitir el mensaje a otras personas codependientes que aún sufren de codependencia.
- Ninguno de los grupos de Fundación Ser Yo deberá respaldar, financiar ni prestar el nombre de Fundación Ser Yo a entidad allegada o empresa ajena en ningún caso, para evitar que los problemas de dinero, bienes o prestigio nos desvíen de nuestro principal objetivo espiritual.
- Cada uno de los grupos de Fundación ser Yo se autofinanciará y se negará a recibir contribuciones externas.
- Fundación Ser Yo deberá mantener siempre su carácter no profesional, pero nuestros centros de servicio podrán emplear trabajadores especializados.
- Fundación ser Yo, como tal, nunca deberá contar con una estructura organizacional, pero podremos crear comités o juntas de servicio que respondan directamente a aquéllos a quienes sirven.
- Fundación ser Yo no tiene una postura acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente, su nombre nunca debe estar relacionado con polémicas públicas.
- Nuestra estrategia de relaciones públicas se basa más bien en atraer gente que en promocionarnos; debemos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio, la televisión y el cine.
- El anonimato es la base espiritual de nuestras Tradiciones y nos recuerda siempre que debemos anteponer los principios a las personalidades individuales.